Agárrense los machos porque viene una entrada contundente ¡Por fin puedo actualizar desde
mi propio ordenador, sin faltas de ortografía y con la ñ! ¡Bien! Seguro (o no)
que os estáis preguntando el por qué de mi título ¿Popurrí? Pues he decidido
poner hoy este título porque tenía tantos títulos posibles en la cabeza que no
podía decidirme por ninguno: “fin de semana”, “primera vez en Cambridge”,
“solucionando problemas”, “efectivamente: el ojo del huracán”… Y es que, siendo
au pair, un par de días pueden dar para mucho. Pero como diría nuestro amigo
Jack, vayamos por partes:
Solucionando
problemas: Esto hace referencia a dos cosas, a que he encontrado una manera
de poner Internet en mi habitación, y a que por fin tengo bici. Con respecto al
Internet, lo que he hecho ha sido comprar una tarjeta prepago en una compañía
inglesa llamada three con la que recargando 15 pounds al mes tienes
300 minutos en llamadas a móviles ingleses, 300 mensajes y, esto es lo más
importante, Internet ilimitado. Mi móvil, como casi todos los móviles
relativamente modernos, se convierte en módem, así que puedo conectarme con el
ordenador. Qué maravillosa puede ser a veces la tecnología. Pero como parece
que cada solución me conlleva dos nuevos problemas (aburrirme no me aburro…),
me ocurren dos cosas. Una es que el cargador de mi móvil hace tiempo que va
mal, así que consigo cargar dos rallitas de la batería cada vez y con mucha
suerte. La otra es que utilizar el móvil como módem consume mucha batería, así
que tengo que tener móvil y ordenador conectados al mismo tiempo a la corriente
para poder utilizar el Internet sin interrupciones. Y a parte de que como os
digo, el cargador va fatal, sólo tengo un adaptador de corriente, así que o
conecto uno, o conecto el otro, hasta que a alguno de los dos se le muere la
batería. Menos mal que voy para España el lunes y puedo comprar una regleta, un
adaptador, y que me está esperando un móvil nuevo cortesía de Movistar y de los
64 leuros que van a salir de mi bolsillo. Realmente me hubiese salido más
barato comprar el mismo móvil aquí y sin las chorradas de los programas de
puntos, pero bueno, lo hecho, hecho está. Y con respecto a la bici, pues si,
después de un par de semanas de búsqueda, hoy, así de repente, contacté con una
chica y quedamos en Cambridge para comprar la bici. Esto lo contaré después,
porque ha sido toda una aventura. En fin, yo creía que esto de la bici iba a
ser la panacea, pero vamos, nada más lejos de la verdad. Se montar en bici,
porque aprendí de pequeña y, como se suele decir, eso nunca se olvida, pero lo
hago de pascuas en ramos y no estoy acostumbrada en absoluto, así que la vuelta
de la estación de Elsenham a “mi” casa ha sido una paliza buena, y unos 25 o 30
minutos y a ratos bajándome de la bici porque ya no podía más… La suerte me ha sonreído un poquito y, después de haber estado lloviendo todo el día, el
rato de la bici ha estado completamente despejado y con luna, por lo que he
podido ver bien. Pero habrá otros días en los que lloverá y como aquí no hay ni
una tristísima luz en las carreteras, pues tendré que volver de aquella manera
y me atropellará un coche o de alguna forma moriré. Pero bueno, supongo que
también me tendré que acostumbrar a esto, hacer pierna y echarle valor.
Fin de semana:
Este es el segundo fin de semana que paso aquí, y si, me he animado a salir un
rato. Pensareis que esto es bueno, y si, lo es, aunque no todo ha sido como yo
me esperaba. El viernes no tuve un buen día, estaba exhausta de la semana y me
tocaba el cleaning, así que para cuando llegó la tarde estaba más que muerta.
Pero había quedado para ir a jugar a los bolos a Bishop’s y, dado que era la
primera vez que salía por aquí de noche, pues me apetecía probar. Aun no tenía
la bici así que un amigo de M., la otra au pair del pueblo, nos vino a buscar.
A mi no me suele gustar montarme en los coches con gente que no conozco, pero
si encima conducen como Dani Sordo metido de tripis pues ya para que quiero
más. Iba más tensa que la cuerda de una guitarra. Pero si vives en el culo del
mundo como yo, a veces tienes que hacer de tripas corazón si quieres salir un
rato. En Bishop’s nos reunimos con más gente para jugar unos bolos. Se hicieron
rápidamente dos grupos de españoles y no españoles y, aunque se que esto está
mal y es lo menos recomendable, para la socialización y para el inglés, estar
un rato con españoles y hablar con ellos me “prestó” (va por vosotros, Lucía y
Jairo). También escuchar que, quien más y quien menos, tiene sus cosas con sus
host families me dio cierta tranquilidad. Los bolos se acabaron, y M., el chico
que nos llevaba a casa y otra chica querían irse de fiesta, y los españoles
irse a dormir. Así que ahí estaba yo, queriendo ir a dormir también pero sin
más remedio que aguantar hasta que el que me devolvía a casa, que ya llevaba
dos pintas encima, decidiese irse. Y menos mal que aquí cierra todo a las 2 de
la mañana, porque si llega a cerrar a las 4.30 como en España me muero allí
mismo, no sólo de agotamiento, sino de lo fuera de lugar que me sentía. Ellos
son más jóvenes que yo y están deseando desmadrarse, emborracharse y enrollarse
con lo primero que pillan. Yo, irme a la camita. Claro que hay días que me
apetece salir como Dios manda, pero cada vez son los menos. Así que allí estaba
yo, sintiéndome realmente incómoda, y viendo como el que me tenía que llevar a
casa sana y salva, y que ya de sereno conducía como un loco, se metía otras dos
pintas entre pecho y espalda. Pero finalmente los bares cerraron, nos fuimos a
casa y llegar, llegué. Pero de alguna manera esta salido no me reconfortó, sino
que me dejó aun más agotada e inquieta y tuve pesadillas la breve noche que
dormí, porque a las 8.30 ya estaba despierta. Nota aparte, aunque me desperté a
esa hora, estuve en la cama y leyendo bastante rato, así que salí de la
habitación tarde. S, la madre, me dijo que anoche había llegado muy tarde. ¿Muy
tarde? ¿Un viernes a las 2.30? Y que a las dos estaban despiertos aun
esperándome… Y yo que pensaba que había dejado a mi madre en España, y que los
días de “menudas horas de llegar anoche eh” ya se habían pasado. Efectivamente,
que los bares cierren a las 2 se me hace extremadamente raro e inquietante. Yo
ya soy más tranquila a la hora de salir y no me voy muy tarde a casa, pero que
cierren a las 2 provoca situaciones tan siniestras y bizarras como que un
“hombre”, por llamarle algo, esté totalmente borracho tirado en el suelo a las
11 de la noche, o que entres en una discoteca a la 1 de la mañana y te
encuentres lo que te encontrarías en España en un after a las 8. ¿Y por qué hay
tantos tíos solos acechando como si en vez de de fiesta estuvieran de caza? Es
siniestro. En conclusión, esto es otro mundo, y hay que adaptarse, con la
mentalidad de que dentro de unos meses volveré a España y los bares y la fiesta
a las horas “adecuadas” seguirán en su lugar. Lo ocurrido el sábado mejor os lo
cuento en el siguiente punto, y el domingo es día de descansar, recuperar
fuerzas y hacer babysitting e igual una peli con M.
Primera vez en Cambridge: Hoy, sin comerlo ni beberlo ni
planearlo para nada me he plantado en Cambridge. Y ha sido toda una aventura.
Todo empezó esta mañana, cuando vi una bici que me interesaba y escribí al
vendedor. Un rato después vi que me había respondido, diciéndome que podíamos
quedar en Cambridge a las 2. Ya me venía un poco tarde, y estaba por decirle
que mejor mañana, pero como mañana no hay bus para ir a la estación, pensé “que
narices, pues me voy a Cambridge”, y la dije que a las 16.30 estaría allí. Ya
iba con el tiempo justo, porque tenía que coger el bus de las 15.05, para llegar
al tren de las 15.22, así que me vestí a toda leche y salí pitando. Que
casualidad que, habiendo estado todo el día despejado, justo cuando estaba
esperando al autobús en medio de un prado, que es donde para, se pone a llover
como si no hubiese mañana. Ahí estaba yo, debajo del chaparrón que parecía la
huerfanita Annie. Lo que no fue casualidad fue que el autobús llegase tarde, ya
que siempre lo hace. Yo estaba rezando a todos los dioses para que llegase
puntual, pero no me hicieron caso. Así que si tenía que llegar a las 15.05
llegó a las 15.15. Yo estaba segura de que perdería el tren, porque encima aun
no había ni comprado el billete. El autobús llegó a la estación de tren, crucé
corriendo al otro andén, fui a sacar el billete en la máquina, y esta no
funcionaba… ¿Por qué a mí, que soy una buena persona? Y vino el tren, y yo no
sabía que hacer, si montar sin el billete, si me multarían, si le podría
comprar el billete al revisor. Vi que
salía una señora y le pregunté a grito pelado: CAN I BUY THE TICKET IN THE
TRAIN!? Yo estaba tan acelerada que sólo me faltó zarandearla de los hombros
mientras le gritaba. No se que me dijo, pero me hizo señas para que entrara,
así que no sabía, salir, entrar, salir… finalmente me quedé dentro. Todo
sudorosa y con cara de trastornada le pregunté a una pareja dentro si había
revisor y si podría comprar los billetes, preocupada de que me metieran una
multa por no llevar billetes, pero me dijeron que no había revisor, y que creían
que podría comprar el billete en la estación de Cambridge. ¿Os viene a la mente
la típica gente medio loca que a veces está en los transportes públicos
haciendo cosas raras? Pues ayer yo era esa persona. Ya por fin me calmé y me
senté, y al llegar a Cambridge, efectivamente, unos hombres con unas maquinas
situados en las barreras me dieron el billete de ida y de vuelta, sin multarme
ni nada por el estilo. Así que allí estaba, plantada en Cambridge con una vaga
idea de adonde iba. Pero no tuvo mucha pérdida, encontré a la chica donde habíamos
quedado, me dio la bici, yo la di el dinero, y sin más cada una se fue por su
camino. La bici es de montaña y, aunque yo no entiendo absolutamente nada de
bicis, parece estar nueva y en buen estado. Y como os digo, con ella volví a
casa, así que funcionar, funciona. Después me reuní con Lucía y Jairo y dimos
una vuelta, conocí un poco la ciudad, tomamos algo, fuimos al Primark… Las
cosas que más me han llamado la atención de Cambridge son la enorme cantidad de
bicis que hay, amarradas a cada árbol, poste, farola, verja, cientos y cientos
de bicis, y lo prontísimo que cierra todo. Pase que entre semana, que de todas
formas yo a las 10 ya estoy soñando con los angelitos, todo cierre pronto, pero
que una cafetería cierre un sábado a las 6 y media de la tarde… ¡venga hombre!
Siempre me había gustado mucho Inglaterra en general y Londres en particular,
pero me he dado cuenta de que no saben vivir la vida. ¡Con lo bien que estaba
yo en España, tomándome mis cañas a las 10 de la noche!
Efectivamente: El ojo del huracán: En una entrada anterior
comenté que ya podía decir que estaba bien, pero que no sabía si esto sería
permanente o si volvería a caer en la tristeza y la angustia. Pues he vuelto a
caer. El viernes me levanté fatal, creo que en parte por el cansancio acumulado
de la semana y por la perspectiva de tener que hacer el cleaning, que es una
paliza. Estaba reventada y sólo tenía ganas de llorar. Y aunque es verdad que a
veces tengo momentos así aun, pero se me pasan, el viernes no se me pasó y este
nudo en la garganta que se niega a deshacerse parece que se ha instalado y ya
no se quiere ir. Debería estar contenta porque me voy mañana a casa y voy a
poder traerme un montón de cosas que me harán la vida más agradable, a parte de
estar con mi familia, amigos y J. Pero no se por qué, esto en vez de
consolarme, me angustia más. La perspectiva de tener que volverme y esta vez ya
si, hasta Navidades, me mata. Ya he escuchado todos los consejos habidos y por
haber ( y los agradezco de todo corazón): céntrate en las cosas buenas,
aprovecha y sal y diviértete, busca cosas para distraerte, no te presiones a ti
misma y date tiempo, se fuerte, no pienses tanto en las cosas… Y yo lo intento
hacer todo. Puedo intentar centrarme en las cosas buenas, en aprovechar que
estoy aquí y disfrutarlo, en centrarme en que no es para siempre, que son unos
meses y cuando vuelva todo estará allí, nadie se habrá ido a ninguna parte,
puedo intentar no pensar. Pero el nudo que no me deja respirar, los nervios,
los ratos de querer llorar, ahí están, y no puedo controlarlos como puedo
intentar controlar a mis pensamientos. Igual dos semanas no son suficientes,
igual necesito más, igual nunca me adapto y me tengo que volver, quien sabe. No
quiero rendirme, pero tampoco pasarlo mal. Así que el plazo son las Navidades:
si para Navidad no hay perspectivas de mejora, me vuelvo a casa. Pero también
quiero poner los medios para intentar mejorar, intentar relacionarme más,
conocer más gente, planear cosas, comer a mis horas aunque no tenga mucho
apetito (sigue dándome asco todo). Y dejar que el tiempo pase, sin obsesionarme
con los días que quedan para navidad, los meses que quedan para volverme a
casa, ni todas esas cosas.
Hoy os habéis comido una entrada
de las largas, y si habéis llegado hasta el final, ¡sois unos auténticos
campeones! Y os lo agradezco. Os escribiré desde España. Bye!
Sabes? Eres muy inteligente, sabes lo que tienes que hacer y además lo intentas, porque sabes que te ayudará a sentirte mejor.
ResponderEliminarEsos sentimientos son normales, llevas poquito tiempo, dos semanas se te hubieran pasado volando en tu casa. Ahora todo es nuevo y diferente, pero no peor.
Date tiempo, se flexible. Y acuérdate de quién eres y lo que vales, tienes un montón de habilidades para superar la situación.
Ya acabo =) Que nunca nos hemos visto y quizás me estoy tomando demasiada confianza jeje.
Lo estás haciendo muy bien! Sigue así.
Un abrazo.
P.D. Me encanta leer tu blog, estoy muy enganchada :P
OH GRACIAS!! Tus palabras son muy agradecidas. El blog me es muy terapeutico y estoy encantada de escribirlo, y de hoy que al menos a alguien le interesan estas pajas mentales que me monto yo sola. En seria, gracias, mil gracias por tus palabras.
EliminarMe lo he leído entero y además me perdí parte de Xfactor, que lo sepas!jajaja
ResponderEliminarNo te voy a decir más cosas que te haya dicho ya, tú ya sabes lo que tienes que hacer e intentar. Sabes que nos tienes aquí y que tienes a mucha gente más y otros cuantos que conocer. Como ha dicho Cristina en el comentario anterior: esto es nuevo y diferente, pero no peor. Bueno algunas cosas si que son peores jajaja pero es eso, es diferente y ya sabes la palabra mágica: adaptación. Y pensar en que hay gente peor que tú también consuela :P
Que tengas una semana genial en España y aprovecha para cargar las pilas y coger fuerza.
Ya sabes que si no fuera por ti...jejeje. Ya no puedo decirte mas de lo que ya te he dicho, lo que Jairo y tu significais para mi. Asi que no os canseis de aguantar mis lloriqueos please!!
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