Si cariños míos, soy tan egocéntrica como para dedicarle una entrada a mi blog. Y es que hace un par de días superé la barrera de las 10.000 visitas y, para que negarlo, me hace sentir orgullosa. Y si celebré las mil, pues más celebraré las diez mil. Esperemos que algún día celebre las cien mil y, por qué no soñar, el millón.
Ni siquiera recuerdo como se me ocurrió empezar con el blog. Se que, tiempo antes de que ser au pair se me cruzara por la mente y cambiase mi vida por completo, ya me lo había planteado alguna vez, pero nunca encontré ningún tema interesante sobre el que hablar. Y de repente, puff, estoy echando a andar un blog y metiéndome en este "lío" tremendo.
Cuando empecé, he de reconocer que estaba segura de que esta es una de esas cosas que empiezas con mucho ímpetu e ilusión, pero que por falta de motivación o tiempo acabaría olvidando pronto. Mi blog acabaría en el cementerio de los blogs olvidados. Pero no. El blog se convirtió en mi vía de escape, en mi forma de expresarme, de conocer personas maravillosas y de compartir experiencias. Así que no sólo no lo dejé de lado, sino que es mi pequeño bebé, con el que disfruto invirtiendo mi tiempo y mi energía.
Hace poco una amiga me preguntó "¿Pero de tanto te sirve el blog?". Uff, si, vaya que si me sirve. Fue a una de las cosas que me agarré cuando estuve tan mal con mi anterior familia, es lo que me mantiene conectada con la realidad y me da perspectiva. Por no hablar de la satisfacción y a subida de autoestima que supone que alguien te diga que le encanta lo que escribes o que le has ayudado en lo que sea. Siempre me ha gustado mucho la literatura y, en consecuencia, escribir. Se que no tengo mucho talento, pero precisamente por eso creo que me apasiona tanto escribir aquí, porque no se trata tanto de hacerlo bien o mal, sino de ser sincera y contarle al mundo lo que estás viviendo y sintiendo. Y nada más. Y vivencias y sentimientos es lo que me sale por las orejas, así que escribo. Más para mi misma que para los demás, pero si encima he conseguido llegar a un puñado de personas y hacerme un huequito en su corazón, pues aun mejor.
Así que MUCHAS GRACIAS. No dejéis de pasaros por aquí, de comentarme, de preguntarme, de sugerirme, porque lo que mantiene vivo el blog sois vosotr@s, las personas que me leeis. Y me gustaría aprovechar esta entrada para pediros que me comentéis todas las cosas que os gustaría ver en el blog y no están, todo lo que creéis que le daría más calidad. ¿Fotos? (si, ya me lo han dicho varias personas) ¿Menos texto? ¿Más texto? ¿Hablar más sobre mis vivencias?¿Más entradas útiles? Lo que sea, no seáis tímidos. No prometo que vaya a introducir todas las sugerencias, pero sí que las consideraré todas
Y para acabar os actualizo un poco acerca de la situación en la casa. El martes y el miércoles estuve todo el santo día con las niñas, menos mal que surgieron planes y estuvieron todo el día entretenidas. El miércoles le dieron el alta a la madre, y yo pasé la noche en el sofá para asegurarme de que todo iba bien. El jueves por la mañana llegaron los abuelos y los pobres, después de un viaje de vetetuasabercuantas horas de vuelta, se ocuparon de todo como unos campeones, fueron a buscar a madre y niñas y se las trajeron para acá, así que tengo la locura en casa. Y poco más, ahora mismo me voy de aquí porque no aguanto escuchar a las niñas ni un segundo más, y después de una semana sin ir a absolutamente ningún lado me marcho a comer con una amiga y a tomar un café por ahí, y de vuelta para hacer babysitting. Y mañana a Londres. Y por fin el lunes se acaba esta pesadilla siniestra a la que aquí llaman half term y las niñas vuelven al colegio, demos gracias al señor. ¡Ah! Y ya tengo los billetes para marchar una semana en Semana Santa.
¡Disfrutad a tope el fin de semana!