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viernes, 18 de enero de 2013

Cambio radical

Nota aclaratoria: Parece ser que ha habido cierta confusión acerca de con quien vivo. Cuando en la anterior entrada puse: El trabajo tiene una peculiaridad, y es que no viviría con ella y las niñas (es mamá divorciada), sino con el padre de ella y la novia del mismo, lo que quería decir que vivo con el padre de la madre de las niñas, es decir, con el abuelo de las niñas, y con la novia del abuelo. Se que esto ha dado pie a confusiones y que algunos habéis interpretado que vivo con el padre de las niñas, pero eso si que hubiese sido realmente peculiar...

Iba a titular a estar entrada "Queen of tragedy", por lo melodramático de la última entrada, pero creo que dado el tema del que voy a hablar este título es más apropiado. Realmente no sobreactúo ni exagero las cosas, soy una persona que siente las emociones con mucha intensidad, de manera que cuando estoy bien estoy genial y no me acuerdo de los ratos en los que estoy de bajón, pero también al contrario, cuando estoy mal estoy echa polvo y no consigo recordar por qué estoy aquí ni por qué estaba tan ansiosa por regresar. Volver a encontrarte sola en una ciudad nueva cuando ya habías hecho amigos con los que estabas encantada, y el pánico de que te vuelva a tocar una familia "mala" no ayudan nada tampoco. Afortunadamente el ser humano tiene una gran capacidad de adaptación y al final nos acabamos acomodando a todo.

Si incluso pude "acostumbrarme" a estar en aquella casa de locos de Henham, como no iba a acabar estando a gusto aquí, y mucho más rápido como podéis ver. Ahora con todo en perspectiva puedo ver lo explotada y mal que me trataban en la otra casa, pero no contenta con esto, el martes tuve una conversación muy interesante que le echó más leña al fuego. Por la noche fui a una quedada que hacen todos los martes las au pairs de Cambridge y alrededores, y finalmente pude conocer a R.M., la au pair que estuvo con la familia de Henham antes que yo. A parte de compartir cotilleos salió uno asunto que me dejó flipando y me hizo sentirme afortunada de haber cambiado de familia. Resulta que cuando R.M. trabajó con ellos, ellos tenían a una limpiadora para la casa, pero no era muy buena, así que R.M. se ofreció a hacerlo ella si, obviamente, la pagaban extra el mismo dinero que le pagaban a la limpiadora. Y resulta que yo lo estaba haciendo también sin que me pagaran nada extra... unbelievable. ¿Cómo alguien que está podrido de dinero, que se puede permitir de sobra tener a una limpiadora, o al menos pagarle algo extra a la au pair por el cleaning, puede ser tan rata? Así que aquí va mi consejo: APRENDED DE MIS ERRORES Y NO DEJÉIS QUE OS EXPLOTEN. Porque anda, mira que a mi no se me caen los anillos y no me importa trabajar, limpiar, sonar mocos, limpiar culos... pero el colmo de los colmos es que te estén sangrando y encima te miren todo el día por encima del hombro o te echen en cara como disfrutas de tu tiempo libre. Pero en fin, eso se quedó en el pasado, ahora más que nunca le he dado carpetazo a esa familia.

Y he de reconocer que, sin embargo, no tengo más que buenas palabras para con esta nueva familia. El trabajo es exactamente lo que se me dijo, recoger a las niñas 3 veces por semana y estar con ellas, jugar, llevarlas a las actividades, hacerles la cena, bañarlas y dejarlas preparadas para la cama si la madre llega tarde. Aunque el martes estuve en la casa echando una mano, el miércoles ya comencé por mi cuenta, y la verdad es que estar con ellas no sólo no es ninguna tortura como con las otras niñas, sino que me gusta. Son un poco trasto y a veces hay que ponerlas un par de minutos en el rincón para que se calmen, porque se ponen a dar voces y a catunarse de lo lindo, pero son cariñosas y dulces conmigo y no me faltan al respeto, se las puede dar una abrazo y un beso sin que se aparten y te pongan mala cara...son niñas, normales y corrientes, ¡por fin! Pues lo dicho, que el miércoles tampoco es que hiciera nada del otro mundo. No se me pide que limpie, sólo que lo tenga todo recogido, así que fregué cacharros, puse platos en el lavavajillas, doblé la ropa seca y puse a secar la que estaba en la lavadora, mandé a las niñas a recoger sus cuartos, no se, cosas muy light, y sin embargo cuando llegó la madre todo fueron palabras de agradecimiento y de que estaba haciendo un gran trabajo. Incluso se ofreció a pedirme un taxi para volver a casa porque hacía mucho frío. Así que ya veis, no hay color.

Y con respecto a los abuelos y la convivencia en su casa, es un placer no vivir con las niñas y poder desconectar auténticamente de tu trabajo en tu tiempo libre. Los abuelos son los compañeros de piso ideales, desayunamos juntos si coincidimos, me dejan comida hecha si hacen de más, se van a hacer su vida... Realmente ahora si que me sale del corazón quedarme charlando con ellos en la cocina o ver juntos la tele si coincide. El otro día fueron a comprar y me preguntaron que qué quería que comprasen para mi. Son pequeñas cosas pero que todas juntas hacen que, al menos de momento, todo sea completamente distinto. Otras cosas que han resultado ser una mejora sustancial es que tengo wi-fi, televisión y DVD en mi habitación, una bici monísima con cestita de la que estoy enamorada (de la bici, no de la cesta XD), que no tengo que madrugar (hoy sí que las nenas se quedaron aquí, pero por regla general no)... Y para más inri, los abuelos se van hoy y tengo la casa para mi tres semanas y media, aunque reconozco que no me gusta vivir sola y que les voy a echar bastante de menos.

¡Así que ya veis! Ahora mi preocupación es que tengo mucho tiempo libre y nada que hacer con él, y creo que, de tener una preocupación, esa es la mejor que puedes tener. Vuelvo a estar ilusionada otra vez y con el pensamiento de que esta vez va a funcionar bien. Tal vez me estoy precipitando y algo salga mal, nunca se sabe, pero bueno, también me puede caer un tiesto en la cabeza y morirme mañana, no se puede vivir constantemente preocupada de que qué saldrá mal. A veces pienso que me he quedado un poco traumatizada con la experiencia con la otra familia y por eso estoy un poco cardíaca y a la que salta, pero espero que a medida que vaya viendo que todo marcha correctamente me vaya relajando.

¿Veis como no soy una persona tan amargada y negativa? ¿Veis como era la otra familia que me estaba chupando mi energía vital? Así que voy a disfrutar de la suerte que he tenido esta vez, que no debería ser suerte, debería ser siempre así, que no somos criadas ni mulas de carga, ni supernanny, y que somos personas con sentimientos que agradecen un poco de calidez y cariño. Con esta reflexión os dejo preparaditos para entrar en el fin de semana, ¡hurra!