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martes, 15 de enero de 2013

Un nuevo comienzo

Estaba releyendo el primer post que escribí cuando llegué a Henham, y el post que escribí cuando hice un mes en Inglaterra, y no puedo parar de pensar en lo curiosas que comos las personas. Y es que me parece un poco triste e increíble que todo lo que pasé y superé en Henham me da la sensación ahora de que no me ha servido de mucho, porque me siento como la primera vez que llegué aquí. Y si, leyendo los dos post se ve que me acostumbré y conseguí quitarme de encima esa angustia permanente (a costa de un viaje a casa), pero pienso que no es justo, que yo ya viví esto, que ya debería tenerlo superando y que no se si tengo fuerzas para pasar por todo otra vez.

Y es que es realmente y con todas las palabras "un nuevo comienzo", como os digo, casi como si llegara por primera vez. Vuelvo a no tener ganas de comer, a no dormir bien, a estar agotada sin haber hecho nada y a sentirme muy sola cuando estoy... bueno, sola. Pero no es solo eso. Acostumbrarse a vivir en casa de extraños es algo difícil y yo, que he estado compartiendo piso y allí si que conseguía con el tiempo sentirme en mi salsa, creo que esta situación es diferente y que a mi me resultaría prácticamente imposible sentirme como en mi casa en la casa de otra persona. Así que los primeros días /semanas siempre vas andando de puntillas para no hacer ruido y molestar, con miedo a coger comida y cocinarla por si resulta que se suponía que eso no podías comerlo, sintiéndote fuera de lugar todo el tiempo.

Pero bueno, os cuento como trascurrió el día de ayer. Después de ir a por la maleta por la mañana (esa fue una historia curiosa también, os la contaré en otro momento), hacer unos recados, comer y dejar pasar el tiempo, fui hasta a estación (con la ayuda de mi anfitriona, M., que me ha tratado como una reina el rato que he estado en su casa), cogí un taxi y me planté en la casa. Me recibieron, nos presentamos, las niñas (que con 6 y 8 años son casi tan altas como yo) me dieron unas postales que me habían hecho, llevamos mis cosas a mi habitación (que aunque tiene tele no me gusta tanto como la otra que tenía y tengo poquísimo espacio para mis cosas), y cenamos. Las niñas no me han parecido especialmente mansas ni tranquilas, así que en parte estoy inquieta por haber salido de guatemala para llegar a guatepeor (dichos de mi madre, sorry), la madre y la novia del abuelo (T.) han sido encantadoras, y el abuelo un poco brusco y seco. Y nada, así están las cosas. La cuestión es que las primeras impresiones al final dan igual, porque todos intentamos parecer maravillosos, es luego el día a día lo que cuenta, y aun es muy pronto para saber como será eso.

Hoy es el primer día de trabajo, tengo que ir a las 3 con la madre a buscar a las niñas y llevarlas a clase de danza (creo). Y con un poco de suerte podré ir al "meeting" de las au pairs, que es hoy a las 9 en un pub, y así puedo conocer gente nueva, que me hace falta. Así que os dejo de momento, voy a ver si consigo comer algo y tengo que marchar enseguida (no se exactamente donde está la casa de la madre, espero no perderme.... Os seguiré teniendo al tanto de las novedades y de la mejoría que espero que vaya sintiendo poco a poco. Bye!